Bienvenido

Bienvenido a la guía de sentimientos.

El viaje de un fotógrafo a través de las sensaciones que se van produciendo en su organismo al recorrer uno de los entornos naturales más sorprendentes de la península ibérica. Pretende ser una guía de sentimientos, un retrato íntimo del personaje en un lugar concreto.
Valiéndose de una herramienta como es la cámara fotográfica, navegaremos con sus imágenes en un mundo entre lo real y lo irreal. Veremos un catálogo imágenes iniciadas en el corazón y terminadas en la retina del observador.
Al fin y al cabo Un viaje de exploración, conocimiento y divulgación.

domingo, 28 de abril de 2013

Cobeta y río Arandilla


Con la primavera ya posada en el valle, parten con la brújula orientada al norte. Allí aún la primavera es reacia en llegar, es mediado de abril y todavía las noches son frías, con heladas que dejan un rastro fácil de seguir.

Ataviados con ropa de invierno y verano.

Aunque en la Campiña la temperatura hace presagiar un día de calor, allí,  a más de mil metros, las sombras arañan y el sol quema. Es la Alcarria.

Un café en el camino, un desayuno frugal, una visita al panadero.

Debido al invierno tan lluvioso padecido, la montaña rezuma agua por doquier. Ya no puede tragar más cantidad, hay chorros aquí y allá.

Los campos labrados y ya sembrados. Desde la Torre del Castillo, inmejorables vistas.

El Arandilla baja furioso, entre piedras, entre ramas y árboles caídos. Es mucho el caudal que este año lleva. Sin compasión arrastra todo lo que a su paso encuentra.

Llegan a la Ermita, descanso ganado, avituallamiento concedido.

Tras la placida parada, visitan el viejo molino de harina, también fue central hidroeléctrica. Ecos del pasado van surgiendo.

El tiempo transcurre lento, pausado. Solo el trino de  pájaros y el murmullo del agua les acompañan.





























martes, 16 de abril de 2013

Sin rumbo concreto


Partimos recorriendo el Parque sin rumbo concreto, buscamos fauna alada, flora, insectos, cualquier detalle que nos haga sentir.
Hay ocasiones en que es aconsejable no salir con ideas concretas, que hay que disfrutar de lo que el día depare.
Disfrutar de la luz, del eco de las sombras, de los reflejos, del instante.